¡Cuentas claras, amistades largas!
Siempre me han gustado los refranes. Mi padre me los enseñó de niña y ahora no dejo de sorprenderme como unas pocas palabras resumen grandes verdades: por algo se conocen como sabiduría popular. En cualquier relación el tema del dinero resulta a veces espinoso. En las parejas es la mayor causa de pleitos, según los expertos (aún por encima del sexo) y los malos entendidos por dinero han acabado con amistades, relaciones de trabajo, etc. Nada más cierto que el refrán: “Cuentas claras, amistades largas”. Si en cualquier asunto de una relación es importante ser claros, cuando el tema es monetario hay que ser doblemente claros y cuidadosos. Así nadie de nadie se siente ofendido y la amistad perdura. Por amigos que seamos, nadie está peleado con su lana. Nos guste o no, la manera en que nos relacionamos con el dinero nos define y habla de cómo somos. Si no te gusta gastarlo eres codo, si lo compartes eres generoso, si lo cuidas eres previsor, etc. Podemos conocer mucho de una persona cuando