Somos mexicanos

Mi amiga Rebeca dijo hace poco: "La vida era más fácil antes Fernanda”. De
verdad, estos tiempos modernos no nos están ayudando. Extraño las épocas de
la prepa en que salías con alguien y si todo iba bien, después de un número de
salidas el susodicho usaba la fórmula mágica para empezar relaciones
amorosas, el clásico: “ ¿quieres ser mi novia?” y listo, sabías perfectamente en
dónde estabas parada en una relación. “Ahora no es tan sencillo ¿sabes? sales,
te la pasas bien, y varios besos y salidas después no hay nada claro ¿Cómo
saber cuándo andas con alguien?” Pues sí, tengo que darle la razón a Rebeca.
Los tiempos ya cambiaron y la verdad hay historias desconcertantes. Rebeca
sabe por qué lo dice. Hace un tiempo un tal Carlos, le hizo la peor jugarreta.

Después de besuquearse en público, conocer a su familia, dormir juntos cuatro
días a la semana; decirle cuánto la quería y lo feliz que era con ella; un día se
refirió a su relación como “una amistad como la nuestra”. Rebeca oyó la
palabra amistad con acento en la Á, pero sintió que le estaban pintando en la
cara una “G” de golfa. Y tuvo que contenerse para no romperle la cara al idiota,
antes de finalizar su amistad desde luego.


Es difícil transitar por la modernidad con la nueva forma de relacionarse y los
valores tradicionales. Y ahora para los treintañeros entre divorcios, amores
libres, fuck-buddies, frees, las cosas se complican. Es difícil saber en qué parte
de la relación anda uno, sobre todo cuando empieza.

La verdad es que la mayoría de las mujeres queremos estabilidad y saber qué
terreno estamos pisando cuando salimos con alguien. Así que mientras que a
muchas les gustaría un título oficial, ellos no necesariamente piensan o quieren
lo mismo. Además, viene la pregunta del tiempo. Hay personas que han salido
por dos años antes de darse cuenta que están enamorados y hay quienes se
gustan a la primera mirada. ¿A las cuántas salidas, cuántos besos, cuántas
noches juntos somos algo? La verdad, es imposible saberlo. Cada pareja es
diferente y cada persona tiene una idea diferente de lo que cada cosa significa.

Mi amigo Fabián salía con su “samba” (como él llama a su somebody: sambady
= samba a manera de abstracción o discreción para referirse a su media naranja). Como a la tercera o cuarta salida, samba lo invitó a un evento
familiar y le dijo: “Yo necesito saber, tu y yo ¿Qué somos?” La respuesta de
Fabián fue implacable: “¿Cómo que qué somos?”Somos mexicanos”. ¡Sopas! Me
imagino lo que pensó samba al oír esa respuesta, pero no se puede presionar a
nadie para que empiece una relación o formalice algo cuando no quiere. Es
difícil coincidir en tiempos y momentos.

A veces la pregunta no viene de ninguno de los integrantes de la pareja, sino de
algún amigo que (sintiéndose cupido y con las mejores intenciones) pregunta:
“Y ¿ustedes qué son? ¿Andan? ¡Ooops! Es una pregunta incómoda, primero
porque no te lo preguntan cuando estás a dos metros de la otra persona, nada
de eso, te lo preguntan cuando estás de alguna manera en una situación de
“cercanía”, digamos, y segundo, porque muchas veces cuando empiezan las
relaciones no tienen un título, estás en el proceso de conocer a la otra persona.
Por otra parte, a eso de los treinta y tantos como que ya estamos grandecitos
para ponerles títulos a las relaciones y a los sentimientos que tenemos con
quien salimos. A mi amiga Bertha le pasó hace poco con Ramiro, el cuate con
el que está saliendo. En una cena, una amiga les preguntó: “Ustedes dos, ¿qué
onda? ¿Andan? Bertha y los demás invitados de la cena estaban colorados, pero
Ramiro contestó con gran tranquilidad: “lo que se ve no se pregunta”. Fin de la
conversación.

Puede ser que te tranquilice tener un título de novia o lo que sea, pero la neta,
creo que los hechos dicen más acerca del status de la relación que un título. Si
te das cuenta que hay interés, que cumple con lo que dice, que te sientes bien
con esa persona y te hace sentir bien: ¿Importa el título? La seguridad no debe
venir del título, sino de la calidad de la relación. En ningún momento de la vida
es buena idea hacer suposiciones. Por eso es importante hablar claro, es vital
quedar de acuerdo para que sepamos a qué nos atenemos. La neta es que,
cuando las relaciones empiezan, están plagadas de expectativas y si uno habla
con la verdad las expectativas desaparecen o se vuelven realidades, se evitan los
malentendidos y todos contentos. Al final no importa el título que tenga una
relación, sino que ésta sea buena y que ambos estén felices el uno con el otro.

Si tienes algo que netear, por favor escribe a:

fernanda@milenio.com

Para ver mis columnas anteriores puedes ir a:

http://neteando.blogspot.com/

Comentarios

Hugo Sierra dijo…
Estimada Fernanda .... tu articulo de nuevo toca uno de los aspectos sociales que más relevancia y vigencia tienen , cuando menos en nuestra sociedad latina ...

En mi opinión , éstas extrañas situaciones se dan ..precisamente porque estamos en una transicion social ...en donde , como bien señalaste , las parejas se enfrentan a nuevos tipos de relación con un "set" de valores tradicionales ...lo que hace falta hoy es modificar ciertos valores y adecuarlos alos nuevos escenarios ...de las relaciones interpersonales .... Saludos !!! y Feliz Año Nuevo !!!
Anónimo dijo…
Saludos,

No creo que se trate de nuevas relaciones y si de la decadencia de una sociedad en la que priman ciertas cosas sobre otras.
Las personas somos tan civilizadas que rompemos una relación y no sólo seguimos siendo amigos, es que ademas seguimos saliendo en la misma pandilla y nos acostamos con amigo/as de amigos/as.
Y yo revindico el derecho de una persona a sentir dolor cuando se rompe una relación y por lo tanto no querer saber nada de la otra persona, revindico unas relaciones más humanas quizás.
Por que no hablamos sólo de sexo, no ???
quizás la decadencia de occidente sea una de las causas, quien sabe en una sociedad en donde todo aquel que nos sobra, pasamos enteramente de él.

Muchos son los que piensan que la Historia comenzó a escribirse a partir del momento en que nacieron y esta idea les hace ingorantes. Se creen progresistas y su revolución es sólo un gesto que no va más allá de vestir unos vaqueros rotos y enarbolar un piercing tras una barricada de narices.

Esta es una de las causas que nos lleva a la decadencia que vive Occidente y de manera más cotidiana, al olvido social de nuestros mayores.

Tenemos una sociedad que valora apariencias y el estatus social se establece en función del dinero. Puede que sea parte de la llamada globalización, quién sabe....

Salud-dos de Gumer
sofalados@gmail.com
Galicia-España
Anónimo dijo…
Hola Fernanda, llegue a tu blog por la recomendación d eun amigo, bueno, más bien del hermano de un amigo; Fabian Pulido, la verdad es que me hablo de tu blog en Milenio y de ahí caí a este, que en lo personal me gusta más je ;)

Un saludo y muy buena tu anotación sobre als relaciones, cuanmta verdad en tan pocos párrafos.

Por cierto, has checado como el formato del texto de tu blog esta un poco mal? las frases se cortan en determinados renglones y resulta díficil l alectura.

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